No es tarde. Es ahora.
- Gustavo Ripa
- hace 6 días
- 2 Min. de lectura

Llega un momento en la vida en que lo superficial ya no nos alcanza.
No buscamos más modas, ni fórmulas mágicas.
Ya no nos seduce lo que promete resultados rápidos pero se esfuma igual de rápido.
Queremos otra cosa.
Queremos profundidad.
Queremos sentido.
Queremos conexión.
Queremos algo que realmente nos transforme.
Que no solo nos distraiga un rato, sino que nos acompañe en el camino.
Que nos ayude a estar mejor… por dentro.
Esto me lo dicen muchas personas que llegan al Programa Escucha Plena, especialmente quienes ya pasamos los 50 y estamos en un momento de revisión, de reconexión, de nueva búsqueda.
Un momento de la vida en que nos preguntamos:
¿Dónde estoy parado?
¿Qué necesito ahora?
¿Cómo quiero vivir lo que viene?
Ya no se trata solo de hacer más.
Se trata de estar mejor.
De volver a lo esencial.
De aprender a escucharnos, de verdad.
Una mujer me escribió hace poco algo que me tocó profundamente:
“He probado muchas cosas, pero esta práctica me llega hondo. Me acompaña.
No me exige, pero me transforma. Me conecta con algo esencial.
Disfruto de la música y del sonido como nunca antes.”
Y ahí está la clave.
La música y el sonido pueden ser mucho más que un fondo.
Pueden ser una vía de transformación.
Un refugio.
Una herramienta sutil pero poderosa.
En Escucha Plena no enseño técnicas para producir más, ni métodos para llenar la agenda.
Lo que comparto son prácticas simples, pero profundas.
Diseñadas para volver a sentir, para reconectar, para recuperar presencia.
En un mundo que nos acelera, detenernos a escuchar puede parecer un gesto pequeño.
Pero no lo es.
Escuchar de verdad es una forma de cuidarse.
Es una forma de habitar el presente.
Es un acto de amor propio.
Si sentís que este es tu momento para priorizarte, para abrir un nuevo capítulo desde otro lugar…
escribime.
Estoy acompañando de cerca a cada persona que se suma a esta experiencia.
Porque no es tarde.
Es ahora.
Un abrazo,
Gus
Comentários