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Amor al arte, amor a la música

AMOR AL ARTE - AMOR A LA MÚSICA

Hoy quiero escribir sobre el “Amor al Arte”.



Sobre lo que para mí es “Amor al Arte” y en especial “Amor a la Música”.

Y de cómo el dicho popular: “hacer arte por amor al arte”, se basa en un supuesto, en una creencia muy arraigada en nuestra sociedad, de que el artista no tiene derecho a vivir y a cobrar por su trabajo.

Aunque cueste creerlo, hoy día, muchas personas actúan y opinan en base a esa idea. Les daré ejemplos más adelante y sé que mis ideas son “opinables”, como todo. Previamente intentaré revisar criterios sobre lo que - para mí - es ser músico profesional en Uruguay.


1 - Titulados se buscan


En nuestra sociedad, una persona es considerada Profesional cuando se titula, se diploma de eso que estudia. Un médico lo es si tiene un título, un ingeniero, abogada, electricista, periodista o cualquier carrera que se les ocurra. En Uruguay, los músicos se titulan solo si cursan la Escuela Universitaria de Música, escuela con un enfoque únicamente de música “culta” o “académica” o “no popular”. O sea que bajo esta lógica: (diploma = ser profesional), ni yo ni prácticamente todos los músicos de música popular, de cualquier estilo, seríamos profesionales. Ni Rada, ni Jaime, ni Rossana, ni Tabaré, ni Emiliano, ni Laura, ni el Fata, ni los Ibarburu………….


Intentemos por otro lado, pues esto es absurdo, no?.


2 - Tiempo completo y tiempo compartido.

Tal vez podemos ensayar la idea de que el músico profesional es aquel que se dedica a pleno a la profesión (incluyendo actividades complementarias como la docencia o la grabación o la producción) y su sustento depende de ello, como en mi caso. Pero este criterio, aunque es importante y puede influir bastante en la actitud hacia la profesión, no es determinante. Hay ejemplos de músicos que son doctores o psicólogos o arquitectos o herreros o empleados, que tienen una postura muy profesional frente a la música y músicos de tiempo completo que tienen una actitud depredadora de la profesión.


Por lo tanto el criterio de “tiempo completo”, aunque aporta, no nos completa la idea.


3 - “Lo que importa es la actitud”

Tenemos que ensayar, entonces, otra idea.


Lo que puede definir a un músico como “Profesional” (independientemente del estilo que desarrolle) es su ACTITUD hacia la música, su dedicación, su entrega.


Pero solo con la actitud no basta……..


Tal vez deba agregar: “Un músico profesional (o en vías de serlo) es aquel que además de desarrollar las habilidades básicas (aspectos técnicos, conocimientos teóricos, musicalidad y talento) suma entrega y dedicación, y tiene una ACTITUD y un ACCIONAR de carácter PROFESIONAL hacia la música.


Entonces la fórmula:


Habilidades + Entrega + Actitud y Accionar Profesional (Ética), se acerca bastante a lo que llamo ser Músico Profesional.


Pues cuando amamos a alguien o a algo, lo primero que deberíamos tener es una actitud y un accionar de cuidado, respeto, protección y de cultivar ese amor para que crezca, madure, se desarrolle y se expanda en nosotros y en los demás.


Esto aplicado a la Música es tener Amor a la Música, Amor al Arte.


4 - El mundo “a la gorra” (o al sobre o al "aporte consciente")


Como sabemos, es una forma de relacionamiento laboral con el músico que se ha extendido mucho sobre todo en boliches.


Aquí daré mi opinión claramente:


“tocar a la gorra” puede sonar muy hippie, libertario y “cool”, pero es DEPREDADOR de la profesión y anti ético plantear y aceptar esta forma de relacionamiento.


¿El lector podrá indicarme una sola profesión en nuestra sociedad que sea “a la gorra”?


¿Ud llama al sanitario para cambiar o reparar los caños de su cocina y le paga a la gorra?


¿O al carpintero, albañil, doctor, dentista ?……..¿Hay algún servicio: luz, agua, teléfono que sea a la gorra?


¿Por qué las bebidas y comidas que vende el señor del boliche que propone a los músicos esta modalidad, no son a la gorra?


¿ Por qué los mozos no cobran a la gorra? ……..


¿Porqué no?

¿Por qué solo a los músicos se les plantea tocar a la gorra?


¿Porqué hay músicos que dicen “amar la música” y aceptan esa modalidad?


Creo que para amar realmente, hay que aprender a amarse uno mismo, que no tiene nada que ver con el ego y la soberbia, sino con defender lo que uno dice que ama.


Hay quienes afirman que está bien que las personas valoren el trabajo y contribuyan en la gorra lo que creen correcto. ¿Porque no lo aplicamos a otras cosas también? ¿Que tal por ejemplo a la recolección de residuos? ¿a la limpieza y estados de los ómnibus? ¿A la atención en la mutualista?...en fin.


¿Por qué solo los músicos?

El único beneficiado es el señor del boliche, que no paga ni cachet mínimo, ni un seguro, mucho menos un aporte jubilatorio y las personas/público creen que se benefician, porque aún no han tomado conciencia que formamos parte de un sistema que tiene que florecer en su conjunto y no en base al esfuerzo del que genera el “hecho cultural”.


No aplico el mismo criterio para los músicos callejeros, que la propuesta y situación es diferente, ni para el cobro - si es un monto decente - del “cubierto artístico” dependiendo del acuerdo a que se llegue pues funciona como una entrada a un teatro, por ejemplo, aunque esta modalidad tiene varias “aristas” a tratar, tal vez, en otro post.


5 - La desvalorización del artista

Hace pocos días me proponen participar en un encuentro de abogados, encuentro con cerca de 20 expositores internacionales y al menos 150 participantes. La invitación era para tocar en el hall entre uno y otro expositor y en forma Gratuita!. La persona que me envió el email es “Licenciada en Relaciones Laborales” (léase bien). Al principio pensé que era una broma, pero no. Encima tuve que soportar la “moralina” de que: “no todo es dinero” y varias cosas más. Le respondí que: “si todo la organización: pasajes, hoteles, comidas, local, etc) eran gratis, yo podía considerarlo.”


Este hecho fue lo que me impulsó a escribir esta nota, largamente postergada.


6 - La Solidaridad empieza por casa

En 45 años de carrera, toqué muchas veces solidariamente para muchos eventos con diferentes fines, por lo que sé muy bien qué es ser solidario con la música, nadie puede venir con moralinas como esa señora.

Hace muchos años, por ejemplo, tocamos para las Cooperativas del Sunca, pero nunca se me ocurrió que un albañil viniera a mi casa a arreglar una pared “en forma solidaria”.


Ubiquemos las cosas.


El colectivo de músicos es y ha sido muy solidario con muchas causas, excepto con las propias. Lo músicos somos muy solidarios excepto con nosotros mismos y no hemos podido resolver colectivamente los aspectos más básicos de un trabajador hasta hace bien poco tiempo, pero muchos aspectos aún están sin resolver.


7 - Los de afuera son de palo

El problema no está en “los otros” en “los de afuera” (bolicheros, contratistas, productores, sellos). Es fácil e inmaduro pensar así.


El nudo está en nosotros mismos, en la autoestima, en la autovaloración, en el amor hacia nosotros mismos y en el amor hacia lo que decimos amar tanto: la música.


Pues nos creímos el “cuento”, el “hechizo” de que no nos merecemos tener un trato profesional, un ingreso que nos permita desarrollarnos en la vida, que las miles de horas de estudio y práctica, años de esfuerzo y dedicación solo valen “unas monedas en la gorra”.


En la medida que en forma colectiva, nos neguemos a aceptar esas condiciones laborales, en la medida que haya un laudo y se respete y se controle, en la medida que pongamos las condiciones mínimas, sin divismos ni egos inflados, en la medida que se firmen contratos, las cosas comenzarán a cambiar.


Pero el cambio comienza en nosotros mismos.


Como siempre, como en todas las cosas.


¿Qué opinás?


Gus

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